El Mirador del Río, un espacio desde el cual se disfruta de una espectacular panorámica de la estrecha franja de mar que separa Lanzarote de isla de La Graciosa. Este mirador, que es, según Turismo de Lanzarote, una las creaciones arquitectónicas “más características” de César Manrique, se sitúa en lo alto del Risco de Famara, a 474 metros de altitud, en la zona más septentrional de la isla.
Esta construcción, que recibe al visitante con una escultura de un pez y un ave en hierro forjado que representa la fusión entre agua y aire -elementos de la naturaleza muy presentes en este paraje-, destaca por que apenas es perceptible desde el exterior ya que su estructura está camuflada bajo piedras que lo mimetizan con el entorno.
Desde la barandilla perimetral realizada en hierro y madera que simula la proa de un buque, se puede contemplar la isla de La Graciosa, así como el conjunto de islotes que dan nombre al Parque Natural del Archipiélago Chinijo. A los pies del mirador, destacan los colores rojizos de las salinas del Río, también llamadas de Guza, “las más antiguas” del Archipiélago canario.
Y también su interior sorprende. En este lugar, ideal para relajarse disfrutando de las vistas mientras se saborea una buena taza de café, destacan dos enormes ventanales de cristal, conocidos como los ojos del mirador, así como las originales esculturas que decoran los techos de este edificio. Una interesante visita que incluye elementos como wifi, parking gratuito, cafetería, audioguía o tienda, y de la que se puede disfrutar por solo 4,50 euros por persona.